10/03/2020

Aspirante a villana

Hoy es el día. La ciudad ha amanecido cubierta de niebla densa y pesada, y el sol de la mañana aún sigue oculto por nubes negras. Se escucha tormenta a lo lejos, graznidos ocasionales de cuervos; murciélagos negros revolotean y chillan alrededor de la mansión. Abro la ventana y doy una profunda bocanada de aire. Maravilloso. Se respira maldad en el ambiente. 

Me pongo la bata de seda negra antes de descender por la escalinata principal, con la mano reposando suavemente en la barandilla. No hay espejos, pero asumo que mi cabello está impecable y que el maquillaje sigue en su sitio: sombra de ojos violeta y raya negra, los labios pintados de intenso rojo carmesí. Por supuesto, también llevo tacones. Hoy es, al fin y al cabo, una ocasión especial.

Hoy es el fin del mundo.

Bajo hasta el sótano, donde mis fieles secuaces me miran sobrecogidos... o al menos así es como me imagino que sería si tuviera secuaces. En realidad, los pasillos subterráneos de la mansión llevan abandonados muchos años, pero yo creo que así le da un aire más tétrico. Las telarañas en las esquinas, las ratas correteando por los rincones, las goteras con su constante eco... Y, por supuesto, el lejano fulgor verdoso que procede desde las profundidades del túnel. Absolutamente encantador. 

Llego a la sala principal y me siento frente a mi escritorio, en la silla giratoria de cuero negro, y en cuanto presiono un botón una copa de cocktail aparece en una plataforma de la mesa. Contiene un líquido degradado en naranja y rojo con una sombrillita de papel azul en el borde, y aunque parece alcohólico tan solo es zumo de granada y naranja en una copa bonita. Pero las apariencias son importantes en este mundillo, así que me recuesto en mi asiento con las piernas cruzadas y practico mi sonrisa malévola. Eso es. Perfecto.

Deimos aparece de pronto y se acurruca en mi regazo, haciendo gala de toda la elegancia que acumula en su felino cuerpo. La acaricio de la cabeza a la cola con un gesto lento y pruebo a girarme en la silla muy despacio, para que parezca que se mueve sola. El héroe podría llegar en cualquier momento y una aparición dramática es esencial para causar una buena impresión. Ah, eso es, primero he de preparar mi discurso. No se puede iniciar el fin del mundo sin un monólogo dramático. 

Me inclino sobre la mesa con pluma y papel, pero en cuanto alzo la mano Deimos salta al escritorio y se sienta en el folio con expresión satisfecha.

— Deimos, ya lo hemos hablado.

Silencio. La gata entrecierra los ojos.

— Si no hay discurso, no hay gran revelación. Y si no hay revelación...

Se tumba. Agita la cola con disgusto.

— ... ¡no hay fin del mundo! Gordi, por favor, muévete. Hoy es el día perfecto. No puedo posponerlo más. 

Empujo su lomo suavemente, pero tiene las garras clavadas sobre la madera. De repente surge una vibración suave en su garganta, y la gata cierra los ojos suavemente. Suspiro y la tomo en brazos con gesto resignado, acariciándole el lomo mientras subo las escaleras de vuelta a mi habitación. La estrecho contra mi pecho, feliz y tranquila, y entonces pienso que quizá el mundo puede vivir un día más.



40-Escribe un relato en clave de humor sobre un villano que intenta planear el fin del mundo, pero su gato no le deja.


¡Buenas noches! ¿Qué tal todo? Yo ando estresada, y es que este es el último fin de semana de vacaciones que me queda... el lunes que viene empiezo la universidad, y la verdad es que este curso va a ser complicado. Las circunstancias son especiales, todas las asignaturas nuevas a excepción de una que he de recuperar... voy a tener que invertir muchísimo tiempo y esfuerzo, ya que este año tengo que aprobar todo lo que pueda. ¡Deseadme suerte!

El relato de hoy es cortito y tontorrón, y lo escribí anoche mientras cenaba pizza. Me pareció gracioso jugar con el concepto de un villano muy cliché, y he de decir que la imagen mental que me genera el relato me parece divertida. ¿Cómo os imaginais a Deimos? Los gatos de los villanos suelen ser gatos persas blancos, pero en mi cabeza Deimos es una gata calicó (es decir, una gata tricolor). ¿Sabíais que este tipo de gatos casi siempre son hembras? ¡Me parece muy curioso!

Y vosotros, ¿tenéis gatos o alguna otra mascota? ¿Os interrumpen mientras trabajáis? Porque mi gato siempre se intenta dormir encima de mis apuntes... Y durante el confinamiento estuvo conmigo en casi todas las clases online. Por algún motivo le gustaba "venir" a clase de cuántica, no se la saltaba nunca. 

¡Un saludo, y hasta la próxima!

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