3/04/2020

Noche estrellada

El suave crepitar de las llamas se mezclaba con los sonidos típicos de la noche, con el susurro del viento entre las ramas y los graznidos de las aves nocturnas. El olor a humo se filtraba entre los árboles y una fina capa de ceniza se empezaba a acumular sobre las hojas. Carina caminaba por el bosque acariciando los troncos de los árboles con una mano mientras arrastraba a su hermano con la otra, así que cuando se miró las yemas de los dedos y vio estaban ligeramente enegrecidas chasqueó la lengua con disgusto. Detuvo de pronto a Heze y le cubrió la boca, provocando que se sobresaltara, y entonces ella inspiró hondo. El viento soplaba en su dirección y hacía que el humo fuera mucho más molesto y asfixiante, pero eso les beneficiaba. Así tardarían más en encontrarles.

- Carina, por favor - el pequeño tiró del brazo de su hermana para liberarse -. Que no me dejas respirar.
- Está bien, pero lleva esto sobre la nariz - respondió Carina mientras le ofrecía el pañuelo -. No inhales este humo, ¿de acuerdo?

Heze asintió y se sujetó el pañuelo contra el rostro. Carina le tomó del brazo y empezó a correr por el bosque ágilmente, como si no fuera la primera vez que lo hacía. Heze la seguía a duras penas intentando no trastabillar. Él no miraba al frente sino que miraba hacia atrás, hacia las llamas, viendo el fulgor rojizo danzar entre las copas de los árboles. Las sombras crecían y bailaban furiosas y los remolinos de humo se alzaban imponentes, de un negro aún más negro que el cielo y que cubría todas las estrellas.

- Carina - llamó, aunque ella no se giró para contestar -. No sé si puedo correr mucho más.
- Tienes que hacerlo, Heze -. Notó cómo ella le apretaba la mano con firmeza -. No nos queda otra.

Corrieron hasta que Heze no pudo más y cayó de bruces sobre la tierra. Intentó incorporarse pero sus piernas temblaban y se derrumbaban cada vez que quería apoyarse en ellas. Gritó y Carina se detuvo para tomar a su hermano en brazos. Pesaba muchísimo, pero se fijó en que le temblaban los labios y casi no podía respirar. No podrían avanzar así.

- Está bien, tranquilo - le acarició suavemente el cabello oscuro mientras buscaba con la mirada otra salida. Rápidamente detectó una pequeña abertura en la montaña -. Podemos descansar ahí. Venga, sujétate bien. Y no sueltes el pañuelo.

Heze tosió con violencia y se aferró con fuerza a los hombros de su hermana, mientras esta le sujetaba el peso de las piernas. Ahora caminaba despacio y con sigilo, muy atenta a todos los sonidos que los rodeaban. El viento entre los árboles, el canto de las aves, el crepitar de las llamas... y los gritos. Gritos de pánico y de auxilio, que se mezclaban con las voces graves de los comandantes. Ya habían empezado. Carina caminó en dirección contraria hasta que alcanzó la grieta en la piedra. Era mucho más profunda de lo que aparentaba y lo agradecía profundamente. Avanzó lo suficiente como para poder dejar el cuerpo de su hermano en el suelo, recostado contra la pared.

Respiraba con mucha dificultad. Carina también notaba el castigo de aspirar el humo, pero Heze parecía mucho más afectado que ella. Pequeñas perlas de sudor le brotaban de la piel y casi no era capaz de sostener el pañuelo que le había dado Carina. Ella lo tomó para secarle la frente. 

- No puedo respirar - Heze deslizó la mano por el cuello y empezó a hundir las uñas en la piel -. Hay algo...
- No - Carina le sujetó la muñeca con firmeza -. Tienes que aguantar, Heze. Solo un rato más.

Heze soltó un gemido y se sacudió intentando liberar su mano. A pesar de ser más pequeño tenía bastante fuerza, así que Carina tuvo que apoyar todo su peso contra él para mantener las manos de Heze presionadas contra sus piernas. Se retorció agónico hasta que no pudo más y se quedó casi inmóvil, gimiendo y arañando suavemente la tela del pantalón. Carina se separó de él un instante para recuperar el aliento y se asomó a la entrada de la cueva.

Los pasos estaban más cerca. Los perros, los malditos perros, ladraban y corrían ladera arriba. No tardarían mucho en encontrarles.

- Heze, por favor, tenemos que irnos ya - insistió Carina, dándole pequeños toques a la mejilla húmeda y fría de su hermano -. ¿Puedes correr? Tenemos que correr, Heze.

No respondía. Carina intentó tomarlo en brazos pero Heze soltó un grito de dolor, así que lo volvió a dejar en el suelo. Algo iba mal.

- Lo siento, Carina... - susurró Heze, deslizando sus manos por el rostro -. Pero no puedo más, de verdad, no puedo más...

Carina se dejó caer contra la pared, derrotada, mientras veía como su hermano se clavaba las uñas en los ojos. Metió los dedos bajo los párpados, siguiendo el contorno de los huesos, y de un fuerte tirón se deshizo de parte del rostro. Bajo la piel aparecieron escamas plateadas y brillantes, y una boca entreabierta con demasiados colmillos que tomó una violenta bocanada de aire. Heze tosió mientras se deshacía del resto del disfraz, tirando los retazos de piel por el suelo y dejando al descubierto un cuerpo cubierto de afiladas escamas, de ojos grandes y pupilas horizontales. Fuera de la cueva se escuchaban los ladridos de los perros, los gritos, los disparos de advertencia. 

- Perdóname, Carina - la criatura se lanzó a sus brazos y gimoteó -. No podía respirar, lo siento muchísimo.
- No pasa nada, Heze - respondió, dándole un beso en la parte superior de la cabeza, mientras ella misma empezaba a rasgarse la piel del cuello -. La próxima vez lo conseguiremos.



10-Esta semana los disfraces son los protagonistas. Tus personajes deben ir disfrazados durante todo el relato.

¿Me he tomado el tema de esta semana como me ha dado la gana? Es probable. ¿Técnicamente lo cumple? También. ¿Estoy contenta con el resultado? Pues bastante.

No sé por qué, pero me apetecía escribir algo scifi para este reto. Pensé en hacer un relato en un tono más humorístico, pero se me vino a la cabeza la imagen de un niño arrancándose un "disfraz" y dejando al descubierto un cuerpo alienígena... y tuve que hacerlo. Dato curioso, tanto Carina como Heze son nombres de estrellas. La verdad es que le he cogido cariño a estos dos.

Por cierto, y no tiene nada que ver con el relato, ¡me he apuntado a un curso de escritura fantástica! Me hace muchísima ilusión, así que próximamente veréis relatos nuevos fuera de los retos Literup.

¿Qué os ha parecido este relato? ¿Creéis que cumplo el tema? Dejádmelo en los comentarios. ¡Un saludo y hasta el próximo relato!

Si quieres saber qué es el Reto Literup, haz click en este enlace.

2 comentarios:

  1. Yo creo que lo cumples perfectamente. ¡Y me ha gustado mucho! Es original y se lee muy bien, así que... ¡mi enhorabuena!

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    1. Muchísimas gracias por tu comentario, no sabes lo feliz que me hace <3

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