6/14/2020

La seña del silencio

"Clase turista." Me parece curioso que se siga llamando así. Ni'li me pregunta de dónde viene esa expresión, y entonces yo le cuento que hace tiempo la gente viajaba en asientos baratos para visitar otras partes del planeta. Esos eran los antiguos turistas. Pero hoy el turismo es un placer de ricos, de esferas de cristal y licores añejos, así que en realidad los que viajamos en clase turista somos los que venimos a trabajar. Es irónico, le explico. Ni'li sonríe y se recuesta en su asiento con gesto satisfecho. Otras cosas no, pero las ironías las pilla al vuelo.

La verdad es que el único inconveniente de la clase turista es el aterrizaje. El ruido que genera la nave al impactar contra la atmósfera es ensordecedor, y lo único que nos sujeta de la gravedad es un fino cinturón de fibra sintética. Es incómodo y aterrador, una lucha entre la lógica de saberte a salvo y el instinto de pánico que surge al caer al vacío. Ni'li palidece mirando al techo y yo cierro los ojos. La nave -o al menos, esta parte de la nave- no tiene ventanas, pero me han dicho que este planeta se ve hermoso desde el espacio. Un cuadro azul y ocre con trazas grises que cruzan su atmósfera, terreno accidentado y continentes viejos. Cierro los ojos y me lo imagino mientras caemos y la nave vibra con violencia; visualizo el cielo y la tierra girando sin control a mi alrededor. Pronto noto el impacto contra el suelo.

Ni'li me sacude el brazo y signa con emoción "¡Lo conseguimos!". Sonrío y asiento sin decir nada más, esperando con impaciencia a que nos liberen de nuestros cinturones. La cabina ya se ha abierto y noto el aire extraño inundando mis pulmones: olor a calor y asfalto, a oxígeno de baja altitud. Antes de salir me coloco las gafas y me cubro la piel con tela densa; la radiación aquí no es mortal pero sí algo nociva. A Ni'li no parece importarle y baja corriendo de la nave en cuanto tiene ocasión.

El paisaje fuera es decepcionante: un cielo grisáceo y ligeramente anaranjado sin astros a la vista, y una planicie pavimentada que carece de fauna o flora. Me convenzo de que las cosas bonitas estarán fuera del recinto. Avanzamos con el resto de la tripulación hasta el vehículo que nos lleva a la terminal, un tosco tren subterráneo que parece llevar décadas en funcionamiento, y tras un corto trayecto plagado de lenguas extranjeras y compañeros de viajes impacientes llegamos a la gran estación.

Odio la burocracia y Ni'li lo sabe, así que me empuja suavemente hacia el control mientras suelta gestos de ánimo y chistes de mal gusto. Me esfuerzo por contener la sonrisa, porque como Ni'li aprenda que sus tonterías me hacen gracia sé que nunca podré librarme de ellas. Por fortuna o por desgracia ninguno de los agentes parece entender su lenguaje, así que por esta vez evito meterme en problemas por sus comentarios desafortunados.

Comprueban los rasgos biométricos de Ni'li y tras un saludo educado le dejan pasar. Ahora me toca a mí, así que ofrezco mis manos y mi ADN a cambio de una identificación rápida. En cuanto la máquina me confirma con un pitido hago el amago de avanzar, pero el guardia alza la mano.

- ¿Emine Alaoui? - pregunta, pronunciando con dureza los fonemas.
- Ese es mi nombre.

Desliza los dedos largos y finos sobre la pantalla, entrecerrando ligeramente los párpados. Veo mi imagen centellear suavemente en el monitor, la piel morena y el pelo rizado que tanto les cuesta renderizar, junto con una ristra de datos en un dialecto cursivo que casi no puedo leer. A mi alrededor la cola avanza y la gente pasa de largo, pero Ni'li espera preocupado al otro lado de la barrera.

- ¿Y cual es el motivo de su visita?
- Trabajo. Soy ingeniera agrónoma.
- ¿Tiene algún documento que lo acredite?

Mierda. Esos papeles los guarda Ni’li. Le signo rápidamente la situación y él asiente antes de ponerse a buscar en su bolsa.

- Los lleva mi compañero, el que está detrás de la barrera. Si permite que me acerque a por ellos...
- No puede. Si no es capaz de proporcionarme sus credenciales voy a tener que contactar con seguridad.
- ¿Por qué? - replico, cada vez más molesta - ¿Desde cuando hacen falta esos papeles para pasar?
- Es protocolo, señorita. Se lo preguntamos a todos.
- A mi compañero no le habéis preguntado.

Señalo a Ni'li, que responde al gesto con un respingo y exige saber qué está ocurriendo. El guardia lo mira un momento de arriba abajo antes de regresarme su mirada verdosa.

- Bueno, a todos los humanos. Ya me entiende.
- Esto es absurdo - protesto, acercándome peligrosamente a la ventanilla y encarando mi rostro contra su nariz escamada -. Tienes que dejarme pasar.
- Los de vuestra especie sois tan... ruidosos - susurra chasqueando la mandíbula -. Solo tienes que esperar a que llame a seguridad y ellos confirmarán tus datos. ¿Por qué eres tan impaciente?
- Porque si me identificas en el monitor tengo derecho a pasar. Son las normas.
- ¿Ah sí? ¿Porque tú lo digas?

Se me llenan los pulmones de ira, pero me muerdo la lengua al ver el rostro angustiado de Ni'li. Tiene los párpados oscurecidos y las aletas de las orejas retraídas, y en cuanto atrapa mi mirada suelta un grito gutural y gesticula con manos temblorosas. "Espera ahí, estoy pidiendo ayuda." Inspiro hondo y asiento dejando caer la cabeza. Unos minutos, tan solo debo esperar unos minutos. El guardia me indica que me eche a un lado mientras procesa al resto de pasajeros del vuelo. Finalmente otro agente abre la barrera y deja pasar a Ni'li, que se abalanza sobre el mostrador y despliega nuestros papeles en la mesa. Es él quien interviene por mí, usando un intérprete, hasta que el guardia decide que es hora de dejarnos pasar. Ni'li sonríe victorioso y me toma del brazo para arrastrarme hacia la salida.

Pero no puedo dejarlo así. Me hierve la sangre.

- Este planeta pertenece a mis ancestros - ladro por lo bajo, aferrándome con fuerza a las manos de Ni'li y mirando desafiante al guardia -. Es nuestro por derecho.
- Ya, y lo dejásteis hecho una ruina - responde el guardia con desdén -. Sois unos bárbaros y nosotros os salvamos de una condena segura. Vuestra gente es tan... desagradecida.

Intento replicar, pero Ni'li tira de mí y me aleja a la fuerza del control de seguridad. Grito que me suelte y coloco las manos delante de su cara para que me preste atención, pero no aminora el paso. Sé que intenta protegerme, pero esta no es la manera. Así las cosas no cambiarán nunca. Pero no lo entiende, él no puede entenderlo.

"Déjalo.", signa Ni'li sin fijarse en mis ojos llenos de lágrimas. "No merece la pena."




24-Haz una historia que sea afrofuturista.

¡Madre mía, menudo viaje he tenido con este relato! No sabéis la de horas de investigación que le he tenido que echar para acabar con esto. Para que os hagáis una idea empecé a escribirlo el viernes de madrugada, pero empecé a investigar hace más de una semana. Así que, aunque solo me llevó 2 sesiones de escritura, hay muchas horas de trabajo invisible detrás.

Me ha encantado este reto. Para empezar me ha descubierto el afrofuturismo, un género de ciencia ficción con un enfoque completamente distinto a las historias tradicionales, que va desde la crítica social pura hasta sencillamente darle voz a autores y personajes racializados. Para documentarme he leído unos cuantos relatos del género que recomiendo encarecidamente, y aquí tenéis una antología completamente gratuita en inglés. También hay una versión traducida al español en Lektu. Mis favoritos son For Digital Girls Who Drink Tonic Water at the Bar When Purple Rain Isn’t Enough de Ytasha L. Womack, y The Dragon Can’t Dance de Sheree Renée Thomas. Son cortitos y no os van a decepcionar, os lo prometo. Si os gusta la ciencia ficción y podéis leer en inglés echadles un vistazo.

Escoger el tema de este relato ha sido complicado y algo peliagudo, pero la única manera de hacerle justicia al género es tratar de arrojar luz sobre temas que afectan a la comunidad de color, y como española creo que el más relevante es la inmigración. Me he documentado y he intentado tratar con sensibilidad esta lacra que nos afecta desde hace tantos años, y ahora más que nunca tenemos que amplificar y proteger las voces y los derechos de la comunidad.

En fin, ¿qué os ha parecido el relato? Me he volcado muchísimo en este reto, y hay un montón de detalles y cositas pequeñas desperdigadas por el mismo. Por ejemplo, Ni'li se llama así por los elementos químicos, Níquel y Litio, porque pensé en que podría ser una forma de vida no basada en el carbono... aunque no creo que estos dos elementos cumplan los requisitos necesarios. ¿Pero para qué está la ciencia ficción si no?

¡Un saludo, nos vemos la semana que viene!

Si quieres saber qué es el Reto Literup, haz click en este enlace.

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