5/15/2020

La luna y el mar

Demasiado tarde, demasiado rápida. Pensé que podría esperar un poco más y atacar por la espalda, pero de algún modo ha vuelto a encontrarme. Tuve que salir corriendo en cuanto escuché sus pasos en la lejanía. Ese es su único problema, que camina por el bosque como si no le importara que la escucharan, como si no le hiciera falta ser sigilosa. Joder, cómo la odio. 

Cualquier persona se hubiera agazapado en su escondite confiando en haber escogido un buen sitio, pero así es como acaban con la daga al cuello. Subestiman el sonido de su respiración, de su corazón acelerado, del viento curvándose de maneras extrañas a su alrededor. No sé cómo, pero ella lo siente. Así que cuando la escuché acercarse y detenerse durante un instante supe que ya me había encontrado. Y empecé a correr.

Es rápida pero no demasiado ágil, así que escojo una ruta complicada. Sé que no podrá seguirme el ritmo por un terreno accidentado, o si intento cerrarle el paso tras un obstáculo escarpado... pero eso significa no puedo fallar. Corro intentando no tropezar, usando la inercia para hacer quiebros veloces y así ralentizarla. Me engancho en los árboles y en las zarzas y empiezan a brotar cortes por mi cuerpo, se rasgan mis ropas y mis manos. Casi no la escucho avanzar porque mi respiración entrecortada lo inunda todo, pero sé que está ahí. Sé que me persigue. Y juraría que la escucho reir. ¿Por qué...?

Tengo que frenar de golpe para no caer. No sé cómo no lo he visto, pero el bosque acaba abruptamente en un precipicio con hermosas vistas al mar. De espaldas al atardecer, de espaldas a ella. Me inclino sobre el borde y sopeso la altura, ¿me seguirá si me dejo caer? ¿Podré deslizarme por la pared hasta el suelo y entonces huir? Me haré daño, seguro, pero no creo que sea capaz de seguirme. 

- ¿No estarás pensando en tirarte, verdad? Sabía que eras estúpido, pero no creía que fuera para tanto.

Me giro y la veo ahí, en la linde del bosque, sonriendo mientras el aire se le escapa entre los dientes. Tiene el pelo enmarañado y las ropas tan destrozadas como yo, pero mantiene una postura amenazante. Elegante, fiera, confiada. Tras unos segundos de silencio levanta el bastón y lo apunta en mi dirección.

Tengo que moverme rápido, porque sé que es capaz de tirarme por el precipicio si le doy la oportunidad. Me abalanzo hacia ella con el bastón contra el pecho, pero en el último momento me inclino hacia la izquierda y lo desplazo hacia el costado. Ella lo golpea con firmeza y me hace trastabillar hacia delante. Parece un error, pero al menos ya no estoy de espaldas al precipicio. Desde el suelo deslizo el bastón para asestarle un golpe en los tobillos y escucho un gruñido de dolor. 

Aprovecho para levantarme y le coloco la punta del bastón en el pecho, y así consigo que retroceda lo suficiente como para darme espacio. Los dos sabemos sabemos que es mejor combatir a distancia, así que ambos nos beneficiamos de las nuevas posiciones. Los bastones chocan y se deslizan sobre sí mismos, generando un sonido hueco que se dispersa en el aire. Su estilo de combate es más agresivo y fiero, buscando siempre golpear en el cuerpo, mientras que yo tiendo a hacer bloqueos y estocadas para mantenerme a una distancia segura. Pero ella no parece tener ganas de alargar el combate mucho tiempo. Hace un barrido amplio a la altura de mi cabeza, así que me agacho para evitarlo en el momento exacto en el que me propina una patada en la nariz.

Intento recuperar la postura, pero entonces desliza el bastón hacia dentro y lo golpea con fuerza contra mi muñeca. La escucho crujir y un dolor intenso me recorre el brazo, y no me queda más remedio que soltar arma. Intento pensar, pero el dolor me nubla la mente, ¿podré alcanzar de nuevo el bastón? ¿blandirlo con una sola mano? Estoy de espaldas al precipicio, así que debería rodar hacia el lateral para volver a colocarme en una posición ventajosa, y entonces atacar cuerpo a cuerpo...

Pero entonces ella me embiste y caemos los dos al suelo, a tan solo unos centímetros de precipicio. Grito de terror, pero ella tan solo se ríe entusiasmada. Deja caer todo su peso en mi pecho y presiona el bastón contra mi cuello, cortando mi respiración e inmovilizándome por completo. De pronto todo vuelve a ser silencio. 

- Gané. 
- Has tenido suerte - replico, intentando no perder el poco aliento que aún conservo -. Si no hubiéramos encontrado este precipicio no hubieras podido seguirme. 
- ¿Suerte? - Umeko ríe mientras me retira el bastón del cuello -. He sido yo quien te he traído hasta aquí. Vi que el bosque se cortaba a esta altura y te perseguí en esta dirección, porque sabía que te ibas a acobardar al ver la caída. Eres precedible, Yukio. Y estúpido. 

Se incorpora y me deja libre al fin, usando el bastón para mantener el equilibrio. Está cansada y se le nota, pero le brillan los ojos de victoria, y lo peor de todo es que aún parece tener fuerzas para lanzarme reproches de camino a la aldea. Yukio, en este árbol casi te enganchas, ten más cuidado. Podrías haberte escondido con el viento a favor. La próxima vez no salgas corriendo como un cobarde, Yukio, la próxima vez dá la cara y sal a combatir como lo haría un guerrero de verdad. Como lo haría yo. Mientras camino en silencio a su lado, a duras penas mordiéndome la lengua, pienso en que probablemente no se vaya a callar nunca. ¿Y la voy a tener que aguantar toda mi vida? Joder. Cómo la odio.




20-Haz una historia que contenga una lucha con unos bō.

¡El reto número 20 ya está aquí! Y me parecen pocos, la verdad, es como si hubiera empezado ayer mismo. Tengo muchas ganas de llegar al ecuador del reto, pero parece que falta muuucho para eso...

Esta vez se pedía una escena de acción usando un arma poco convencional, un bō o bastón de combate. He decidido hacer algo sencillo y espolvorear un poquito de tensión o química entre los personajes... nunca he escrito un rivals to lovers y este relato ha hecho que me entren ganas. Hay algo muy embriagador en ver a dos personajes que se odian tener que soportarse el uno al otro, y que poco a poco vayan aclarando sus sentimientos.

En fin, ¿qué os ha parecido este relato? Estoy recibiendo muchas menos visitas, así que no sé si es que estoy bajando el nivel, que las circunstancias actuales no nos dejan tiempo para leer, o una combinación de ambas. Creo que es lo último. Este reto me está ayudando mucho a mejorar mi disciplina y a escribir incluso cuando no estoy inspirada; pero creo que entre la pandemia, la universidad y la presión para sacar un relato nuevo cada semana está mermando mi creatividad. 

En fin, ¡intentaré no rendirme! Espero que las cosas vayan a mejor para todos. ¡Hasta el próximo relato!

Si quieres saber qué es el Reto Literup, haz click en este enlace.

1 comentario:

  1. Yo soy solo una persona a la que le gusta escribir, pero a mí me gustan tus relatos.Me gusta como vas llevando al lector por el relato, como abriendo la ventana para mirar. Y no te preocupes por las visitas, aunque a mi también me gustaría tener muchas. Tal vez todos estamos un poco influidos por las circunstancias.
    No te rindas, sigue escribiendo. (Suerte en la universidad).

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