11/14/2020

Varada

El sol comenzó a hundirse en el océano Pacífico, tiñendo de rojo y naranja una imagen que hasta ahora solo había conocido el azul. Azul celeste, azul marino, azul de los ojos que no apartaban la vista del horizonte. Llevaban ahí horas, pero Carl aún no le había visto mirar a otra parte. ¿Cómo dormiría aquella noche? ¿Seguiría ahí, sentado en la orilla, hasta que vinieran a buscarle? ¿Y qué haría cuando tuviera hambre?

—Sabéis, llevo un buen rato pensando en todo lo que tenemos en común —anunció Carl en voz alta.

Solo recibió silencio. Su compañero en la orilla ni siquiera movió la cabeza. Carl agitó su zurrón y de su interior surgieron unos chillidos irritados hasta que finalmente una rata asomó la cabeza, arrugando el morro con disgusto. Ella tampoco hablaba, pero Carl pensó que al menos sí que le haría caso. 

—Por ejemplo, tú y yo. Ambos estamos entregados a nuestro trabajo, ¿verdad? Yo madrugo todos los días para sacar a pasear a mis cabras, y tú... bueno, tú trabajas todas las noches del año. ¿Es cansado?

La rata pareció asentir levemente antes de salir de la bolsa y colocarse en el brazo de Carl. Él estiró la mano y la rata se colocó en la palma, mirándole con ojos negros y extrañamente expresivos. Era lo suficientemente pequeña como para caber cómodamente en su mano, pero también algo más pesada de lo que le hubiera parecido en un principio.

—Siempre me he preguntado qué haces con todos esos dientes. ¿Los vendes luego? ¿O los apilas en una montañita como si fuera una chatarrería?

No respondió, pero Carl creyó adivinar un atisbo de sonrisa pícara entre los bigotes. La puso en su hombro y ella se encaramó sobre su cabeza, clavando las pequeñas zarpas en la gorra para no perder el equilibrio. Carl se giró hacia la orilla.

—Y tú... ¡buen amigo! —Carl no dudó en darle una palmada en la espalda al monstruo, pero este no pareció inmutarse—. Tú y yo somos casi iguales. ¡Los dos vivimos en el monte! En plena naturaleza y alejados de toda civilización. Y fíjate, hasta creo que tenemos la misma talla de zapato.

Por primera vez en todo el día Pie Grande cambió su expresión inerte a una especie de ceño fruncido. Dejó que un pequeño gruñido le brotara en la garganta, pero no llegó a separar llos labios. Carl ni siquiera sabía si era capaz de hablar, pero al menos sí que podían comunicarse. Se sentó a su lado, centrando la mirada en el horizonte y buscando aquello que su amigo observaba con tanto fervor.

—Ah, y a nosotros tres nos gusta la soledad. O vivimos en ella de manera inevitable mientras fingimos disfrutarla. Al final uno se acostumbra a las largas horas en la montaña, con nada más que las cabras para hacerte compañía. Y supongo que es igual para ti, Pérez, yendo de almohada a almohada sin que nadie te vea. O para nuestro peludo amigo, que se pasa toda la vida escondido en su cueva.

Carl se recostó en la arena y durante un rato se quedó en silencio, observando cómo las escasas nubes se desvanecían y empezaban a nacer estrellas en el firmamento. Las constelaciones eran distintas a las que estaba acostumbrado, mucho más brillantes y numerosas que en su tierra natal. Y a su alrededor, el mar, nada más que el mar. Solo él, una rata y un monstruo varados en una isla del océano pacífico. La situación le pareció irónica y reconfortante al mismo tiempo. 

—Pero creo que lo que más nos une es que, en realidad, ninguno de nosotros debería estar aquí.




46-Mezcla en el mismo relato a Bigfoot, el hada de los dientes y un cabrero.

¡Buenas noches! Y si os preguntáis por qué últimamente subo casi todo por la noche... es porque me paso el día estudiando, y solo puedo dedicarme a esto cuando termino ^^

En fin, no hay mucho que decir de este relato. Me apetecía darle un pequeño toque surrealista (porque es a lo que más se presta este reto, la verdad), pero quería mantener el estilo desenfadado. ¿Qué os ha parecido? La verdad es que al principio me planteé si usar a Bigfoot y el hada de los dientes o usar la versión hispana de estos mitos, al ratoncito Pérez y... ¿el Chupacabras? De todas formas al final dejé la forma americana, aunque no pude evitar convertir al hada de los dientes en un hada-rata. Es más mona así.

¡Hasta la semana que viene! :3

Si quieres saber qué es el Reto Literup, haz click en este enlace.

No hay comentarios:

Publicar un comentario